Juan Luís Hidalgo, candidato a la Alcaldía de Córdoba por UPyD, asistió a la nueva ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba, donde como anécdota simpática se encontró en una vitrina unas letras rescatadas de las ruinas de Cercadilla durante las obras de la estación del AVE y que expresan UPD.
¿Serán una señal de que nuestro partido tiene que gobernar en el ayuntamiento para que Córdoba vuelva a recuperar todo su esplendor?
Los cinco sentidos son esenciales para comprender el mundo, nuestro país, nuestra ciudad e incluso a nosotros mismos; pero sin memoria no existiríamos.
Cuando pensamos, cuando hablamos, lo hacemos siempre del pasado.
Conocernos y guardar nuestras experiencias, como individuos o como pueblo, es lo que nos permite tener una identidad. Sin el pasado no podemos saber lo que somos en el presente y lo que estoy escribiendo ahora mismo, ya es pasado.
La identidad de la ciudad y de sus ciudadanos es un proceso histórico y cultural. Los ciudadanos construimos la ciudad con nuestra participación, con nuestra vinculación política, actuando a favor de los intereses de la colectividad e identificándonos con la cultura y los referentes urbanos y conceptuales asumidos por la ciudad. Pero a su vez la ciudad genera un cierto tipo de ciudadano que ha nacido y ha crecido dentro de sus calles, escuelas, colegios, universidades, plazas y casas, que la conforma. Es decir, el carácter de los ciudadanos se imprime en la ciudad y el carácter de ésta va definiendo el de ellos. Por eso " la ciudad te perseguirá" como dice el poeta griego Constantin Kavafis refiriéndose a la ciudad de Itaca.
De aquí radica la importancia de que nuestras instituciones conserven y faciliten la difusión de nuestra historia, y de que los ciudadanos tengamos el derecho e incluso el deber de conocerla.
No podemos ser Capital cultural sólo por lo que fuimos, sino también por lo que somos.
Las experiencias que cada uno de nosotros tenemos como ciudadanos, contribuyen a formar la identidad de la ciudad de la que formamos parte.
De la visita guiada, a nuestro magnífico y completísimo Museo Arqueológico, obtuve multitud de experiencias que me formaron como persona y como ciudadano.
Repasando la historia, son al menos tres las ocasiones que sufriendo crisis gravísimas ha resurgido de sus cenizas para convertirse de nuevo en la capital mundial más próspera de la época. Tales como cuando Córdoba fue la capital de la Hispania Ulterior en tiempos de la República romana, o de la provincia Bética durante el Imperio romano y del Califato de Córdoba durante la época musulmana.
Esto anima a pensar que hay esperanza, aunque Córdoba se encuentre en estos momentos históricos en un saco sin fondo, con los indicadores socio-económicos en los niveles más bajos con respecto a la demás ciudades de España.
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