Caminar por la semidesierta ciudad de Córdoba a primera hora de la mañana supone encontrarse de bruces con el desolador efecto de la crisis en nuestra ciudad, pero al mismo tiempo me hizo pensar en la expresión de que “todo depende del color del cristal con que se mire”, y es que tras varios años escuchando día tras día en todos los medios de comunicación la palabra crisis, quizás deberíamos plantearnos de una vez por todas cambiar nuestra realidad política, económica y social.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española una de las acepciones de la palabra crisis (Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις), es la de “situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese” Pues bien, nuestra situación a nivel estatal, autonómico y local, ha llegado a degradarse tanto que la crisis debe ser vista como la aparición de nuevas oportunidades que no debemos dejar pasar, porque la personas normales hemos estado tanto tiempo sin preocuparnos de los que nos gobiernan que las instituciones se han convertido en el territorio de los mediocres, y estos que hasta el momento sólo se han preocupado de mantener sus puestos con todos sus privilegios lo van a tener ahora mucho más difícil. Los ciudadanos de a pie deberíamos dejar de pensar que alguien va a venir a sacarnos las castañas del fuego (Papá-Estado, Papá-Autonomía o Papá-Ayuntamiento), porque cuando las normas de antes ya no valen el riesgo ya no se tiene, en el riesgo se está. Cuando todas las previsiones provocan poco más que risa floja, atreverse no es una opción, es la única posibilidad. Y esa combinación, dicen los entendidos, es el abono perfecto para las buenas ideas. ¡Atrevámonos y aprovechémoslas!.
Veamos la crisis con preocupación sí, pero también como una oportunidad única para cambiar nuestra realidad, utilizando para ello el cristal color magenta que nos proporciona Unión Progreso y Democracia (UPyD).
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española una de las acepciones de la palabra crisis (Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις), es la de “situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese” Pues bien, nuestra situación a nivel estatal, autonómico y local, ha llegado a degradarse tanto que la crisis debe ser vista como la aparición de nuevas oportunidades que no debemos dejar pasar, porque la personas normales hemos estado tanto tiempo sin preocuparnos de los que nos gobiernan que las instituciones se han convertido en el territorio de los mediocres, y estos que hasta el momento sólo se han preocupado de mantener sus puestos con todos sus privilegios lo van a tener ahora mucho más difícil. Los ciudadanos de a pie deberíamos dejar de pensar que alguien va a venir a sacarnos las castañas del fuego (Papá-Estado, Papá-Autonomía o Papá-Ayuntamiento), porque cuando las normas de antes ya no valen el riesgo ya no se tiene, en el riesgo se está. Cuando todas las previsiones provocan poco más que risa floja, atreverse no es una opción, es la única posibilidad. Y esa combinación, dicen los entendidos, es el abono perfecto para las buenas ideas. ¡Atrevámonos y aprovechémoslas!.
Veamos la crisis con preocupación sí, pero también como una oportunidad única para cambiar nuestra realidad, utilizando para ello el cristal color magenta que nos proporciona Unión Progreso y Democracia (UPyD).
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